El aprendizaje de la Facilitación de grupos exige una revisión profunda de nuestras creencias, trabaja con nuestros límites personales y es altamente transformador. 

Es con este trabajo interior con el que podemos acercarnos con una mirada

abierta y compasiva, a este ser tan cambiante como es el grupo:

en ocasiones frágil y a menudo poderoso y catártico.